Se definen, describen y caracterizan un grupo
de los principales motores de búsqueda que operan en Internet. Se analizan los
métodos reconocidos para su evaluación y selección, así como se ofrecen algunos
consejos para perfeccionar el proceso de búsqueda con el fin de mejorar sus
resultados. Se exponen, de forma general, sus semejanzas y diferencias,
ventajas y desventajas y se analizan sus tendencias actuales de uso.
Desde hace muchos años, ya en la era moderna,
cuando alguien necesitaba información de carácter científico, comercial o de
entretenimiento solía encaminarse hacia una biblioteca pública, especializada o
académica, en la que un bibliotecario o referencista lo orientaba; él podía
también consultar los tradicionales catálogos de autor, título, materia u otro
que describiera los documentos existentes. En el peor de los casos, el problema
se resolvía cuando se remitía el usuario a otra biblioteca, pero
inevitablemente se produjo un crecimiento exponencial de la literatura, sobre
todo científica, que aun cuando coloca, a disposición de la comunidad
académica, una gran variedad de recursos, requiere de una inversión importante
de tiempo y esfuerzo para su consulta, evaluación y asimilación.
El desarrollo científico y tecnológico, con su crecimiento agigantado, ha
generado, entre otros fenómenos, el incremento y perfeccionamiento acelerado de
las nuevas tecnologías de información y comunicación, justamente en función de
un mejor registro, procesamiento, búsqueda y diseminación de la información;
sin embargo, el problema para acceder sólo a la información relevante persiste. Sin necesidad de analizar la evolución de las tecnologías de información, está claro que su resultado más importante es Internet. Si se retoma la idea inicial, puede pensarse que ahora, cuando alguien necesita realizar una búsqueda, incluso en el tema más sencillo, piensa en Internet y no en una biblioteca tradicional, y es que Internet, es como una gran biblioteca, con múltiples departamentos especializados en diferentes materias, es una biblioteca tan grande, como una ciudad que es muy fácil perderse.
Sucede que Internet es indiscutiblemente un medio de publicación rápido, libre de arbitraje, requisitos y normas, con cobertura internacional, que hace de ella el soporte preferido, súmese a esto el hecho de que muchos documentos que se editan en soporte impreso, tienen versiones en Internet precisamente a favor de su acceso y visibilidad, estos aspectos explican por sí solos el hecho de que la cantidad de información disponible en el web sea abrumadora.
Afortunadamente, a la par del crecimiento de Internet se han desarrollado y perfeccionado los motores de búsqueda, dirigidos a facilitar la navegación y el hallazgo de la información necesaria.
Métodos
La búsqueda en el web mediante Google.com, por
términos como "motores de búsqueda" y "search engines",
devolvió entre los resultados más importantes sitios como:
http://www.allsearchengines.com y http://www.searchenginewatch.com, ambos con
una gran cantidad de enlaces importantes a trabajos sobre estos temas. Producto
de una lectura crítica de la bibliografía consultada, se obtuvo un grupo de
conclusiones importantes en cuanto a definiciones y tipos de los buscadores,
funcionamiento, estrategias para un uso más efectivo, ventajas y desventajas.
Buscadores en Internet. Conceptos, clasificación y
características
Muchos son los nombres que han recibido los
buscadores de acuerdo con su estructura y funcionamiento. Algunos autores los
clasifican en índices, robots y metabuscadores,2 otros los agrupan en
directorios y buscadores,3 o bien en índices y motores de búsqueda.4,5 Todos
estos términos tienen su equivalente en inglés, sin embargo, en esta lengua
además de "index", "meta- search engine"
"directory" y "search engine", para los 2 últimos aparecen
en la literatura sinónimos como "crawler o spider" y
"human-powered" respectivamente. Veamos a continuación algunas
definiciones.
En el artículo "Buscadores: Los puntos de
partida en la red"2 se plantea que se dividen básicamente en índices,
robots y metabuscadores. Aquí se consideran los índices como los pioneros en
Internet, ellos funcionan mediante la incorporación constante de nuevas páginas
a su base de datos, generalmente disponen de un evaluador que minimiza el
número de páginas que ingresan al sistema y asegura su calidad; los robots
(llamados por la gran mayoría motores de búsqueda) disponen de programas
"arañas" que recorren la red e incluyen de forma automática
"todo cuanto encuentran", esto genera grandes dificultades para los
navegantes al momento de seleccionar los recursos, sobre todo en el caso de
búsquedas con un alto recobrado; por último, los metabuscadores se limitan a
redirigir la pregunta que reciben a varios buscadores a la vez, y según el
estado de opinión prevaleciente, suele ser difícil pero recomendable el trabajo
con ellos, cuando no se encuentra información en los índices y motores.
La seguridad es un aspecto creo que muy
importante en el uso de nuestros equipos y a la que, por desconocimiento o
pereza, etc., no siempre se le presta la atención adecuada.
El nivel de seguridad asociado a un sistema
corresponde al nivel de seguridad de su eslabón más débil, y el eslabón más
débil de un sistema informático es casi siempre el usuario. Así que
si queremos movernos en Internet con seguridad, deberemos dejar la pereza de
lado y ser algo más protagonistas y conocedores del sistema informático que
usamos.
Antivirus:
Sí, pero… no caigas en la falsa sensación de
seguridad que pueda proporcionarte. Los antivirus sólo son efectivos contra
los virus ya conocidos, no contra los nuevos que vayan apareciendo, hasta
que éstos hayan sido detectados, analizados y añadidos a la base de datos del
programa en sucesivas actualizaciones. Por lo tanto, si tienes antivirus es
necesario actualizarlo con frecuencia. Afortunadamente los antivirus ya
permiten que deleguemos en ellos la tarea de descargar las actualizaciones, y
si son diarias mejor que mejor.
Firewalls:
Tampoco esta protección es perfecta; de hecho, los
cortafuegos pueden esquivarse en ocasiones, pero es un factor más que puede
ayudarnos a determinar si tenemos algún tipo de software malicioso en el
ordenador. Si de pronto el cortafuegos nos avisa de que un programa quiere
conectarse a un puerto determinado de otro ordenador y no conocemos ese
programa, puede que estemos ante el intento de un troyano recién instalado de
comunicarse con otros ordenadores.
Nunca guardes tus claves en el propio ordenador:
Cada vez son más los sitios de Internet donde se
requiere tener una cuenta, con nombre de usuario y clave. Desde el correo electrónico
y los bancos al messenger, las redes sociales e incluso algunos foros que
exigen identificarse antes de poder participar en ellos. En consecuencia, el
número de claves a recordar se va haciendo para muchas personas casi
inmanejable. No es necesario ser una persona de avanzada edad para tener ya
problemas a la hora de memorizar multitud de claves. En consecuencia, muchas
personas optan por apuntar las claves difíciles de recordar, si no todas. No
está de más insistir en que, en ese caso, deben apuntarse en papel y no dejar
nunca ese “libro de claves” a la vista o en las cercanías del ordenador. Por supuesto,
nunca jamás deben almacenarse en un fichero en el propio ordenador. En
caso de que perdamos el control del mismo debido a algún virus o troyano o bien
si nos roban el equipo o lo perdemos, habremos dado a la persona que lo tenga
la posibilidad de acceder a todos nuestros datos (posiblemente hasta los
bancarios)
Compras por Internet:
Ante el crecimiento del comercio electrónico,
cada vez nos enfrentamos más al dilema de pagar con tarjeta.
Una opción a tener muy en cuenta es la de abrirnos una cuenta bancaria secundaria y específica para las compras por la Red con una tarjeta de débito asociada a ella. De ese modo podemos mantener un saldo bajo pero suficiente para las compras que solemos hacer. Con cierta periodicidad, o poco después de realizar la compra o poco antes de la siguiente, si es que podemos planificarla, bastará con “recargar” la misma con una cantidad similar a la gastada para mantener el nivel de saldo de esa cuenta.
Una opción a tener muy en cuenta es la de abrirnos una cuenta bancaria secundaria y específica para las compras por la Red con una tarjeta de débito asociada a ella. De ese modo podemos mantener un saldo bajo pero suficiente para las compras que solemos hacer. Con cierta periodicidad, o poco después de realizar la compra o poco antes de la siguiente, si es que podemos planificarla, bastará con “recargar” la misma con una cantidad similar a la gastada para mantener el nivel de saldo de esa cuenta.
Si realizamos compras por Internet, seguramente
también usaremos la banca electrónica con lo cual bastarán unos cuantos
clicks para transferir esa cantidad desde nuestra cuenta corriente principal.
Esto tiene una ventaja añadida, ya que ayuda a controlar nuestros gastos. Una
compra por Internet es fácil y rápida, y muchas veces no somos conscientes
realmente de cuánto hemos gastado. Mediante este sistema, nos obligamos de
alguna manera a fijarnos también en lo que nos hemos gastado y si superamos el
presupuesto que nos podamos permitir en cada momento.
10 Consejos que los menores deben conocer para no
caer en la Red.
En el especial caso de los menores y, además de
los dispositivos que la tecnología pueda ofrecer, para evitar que sean
víctimas de la Red, debe insistirse en la “precaución” como escudo por
excelencia: evitar que se muestren sin límites en Internet, que tengan en
cuenta el alcance que puede tener cualquier tipo de información que sea
insertada en Internet. Como precauciones generales, debe insistirse en la
“educación”.
1.- Internet retiene todo rastro de tráfico, la
información que transporta puede ser rastreada.
2.- Internet es un sistema de comunicación
utilizado por personas: precaución y respeto por quién está al otro lado.
3.- Internet se parece a la vida física más de lo
que creemos, desconfía de aquello que te haría desconfiar en la calle (por
ejemplo, la imagen de una tienda o la personalidad de un desconocido).
4.- Internet es información, para saber si es o
no útil, si es o no verdad, siempre debe ser contrastada. Solicita consejo a un
adulto de confianza antes de actuar.
5.- Internet dispone de todo lo que insertamos en
sus redes, debemos evitar ofrecerle demasiada información sobre nosotros
mismos, y ser conscientes de lo fácil que es perder el control sobre ello.
6.- Internet no es ilegal, pero puede ser el
escaparate de la comisión de un delito, estate atento a lo que te llega a
través de sus redes y, desconfiar de lo que tenga un origen incierto.
7.- Internet es paralela a la vida real, no
ajena, lo que en ella ocurre suele tener un reflejo directo en el ámbito
personal y físico de los implicados.
8.- Internet permite manejar dinero sin necesidad
de tocarlo, las transacciones que realices, que sean con permiso seguro del
banco en que confías. Desconfía de los envíos de dinero que no pasan por una
entidad bancaria o una administración pública estatal.
9.- Internet pone a nuestra disposición más datos
de los que podemos asumir y, de la misma forma que ocurre en la vida real,
necesitamos filtrar aquello que sobra para un desarrollo personal pleno, ya sea
con el sentido común, ya lo sea con ayuda de dispositivos técnicos de filtrado.
10.- Existen leyes que castigan las actividades
ilícitas en Internet, y también existen leyes que protegen a sus usuarios de
una mala utilización de Internet, especialmente cuando afecta a sus derechos
fundamentales (intimidad, secreto de las comunicaciones, datos personales,
libertad de expresión, etc.). Si eres víctima denúncielo.